PROYECTO COMUNITARIO BASURA CERO Y TAPITAS POR UNA SONRISA SE UNEN POR UNA BUENA CAUSA

NUEVO LAREDO.- Las asociaciones “Proyecto Comunitario Basura Cero” y “Tapitas por una Sonrisa”, unieron esfuerzos en torno a un objeto social que comparten: apoyar al tratamiento médico de niñas y niños con cáncer.

Adriana Contreras, presidenta y Fundadora de Basura Cero, informó que Tapitas por una Sonrisa les entregó un donativo de taparroscas que reunieron en un centro de acopio, a fin de llevarlas a las instalaciones de la Alianza Anticáncer Infantil en Monterrey.

Karen Alvarado, presidenta de Tapitas por una Sonrisa, explicó que perdieron el convenio que tenían con una bodega para almacenar las taparroscas reunidas, por lo que recurrieron a Adriana Contreras para que, mediante Basura Cero se traslade el material a Monterrey.

“Mi mensaje es para todos los ciudadanos, que se sumen a esta noble causa”, expresó Adriana Contreras, “sabemos lo difícil que es tener un familiar con cáncer, se batalla mucho, lo he vivido en carne propio, apoyo más porque sé lo difícil que es.

“Que se sumen a la causa, que se sumen a Basura Cero. Gracias por su participación y todo es para beneficio de las quimioterapias”.

Los ciudadanos unidos pueden salvar una vida, mencionó Contreras, porque con su apoyo a la campaña de reciclaje se obtienen mayores recursos económicos para atender a más pacientes.

“Toda tapita salva una vida, yo creo que es muy importante apoyar a todos los niños y jóvenes que padecen cáncer, que no tienen recursos, pero todas estas tapitas se convierten en recursos económicos para sus quimioterapia.

“También para viáticos de las familias, que no son solamente de Nuevo Laredo, sino de todo el estado, entonces yo estoy muy contenta con mi proyecto y doy las gracias a todas las personas que se preocupan por juntar todas estas tapitas”, mencionó.

Actualmente hay 32 contenedores de herrería en forma de corazón tanto en plazas públicas, como privadas y empresas particulares con responsabilidad social.

El trabajo de Basura Cero no se limita a instalar el corazón, sino a vaciarlo cuando esté lleno, y trasladar todo a Monterrey, para su reciclaje.