Ana Luisa y su hijo Manuelito requieren apoyo.

SUSPENDEN APOYOS A VIUDA Y SU HIJO ENFERMO; REGIDOR DEL SECTOR NO HA VISITADO LA COLONIA

NUEVO LAREDO.- Manuelito parece un niño, pero tiene 35 años de edad. Sentado a las puertas de su casa, hecha con retazos de madera y lámina, su cara se ve triste.

Debe permanecer quieto todo el día, de lo contrario, podría fracturarse. Padece Osteogénesis imperfecta, una enfermedad que ocasiona que sus huesos se quiebren con facilidad, explicó su mamá Ana Luisa Vázquez Castro.

Hace seis años el papá de Manuelito falleció, y él y su madre quedaron desamparados. El actual gobierno municipal les canceló la entrega de despensa, que para ellos era de gran ayuda. Ahora solo piden ayuda para tener qué comer.

“No tenemos ayuda de nadie, ni Seguro Popular porque nos lo quitaron, ni mandado porque ya tampoco nos dan despensa, nos quitaron todo. Tengo al niño que está enfermo, tiene osteogénesis imperfecta y es bien difícil, de veras te lo digo, que es bien difícil esa enfermedad que él tiene”, expresó doña Ana Luisa.

Se le preguntó por qué no pide ayuda al regidor de su sector, y dijo que ni siquiera lo conoce, porque nunca ha ido a la colonia.

Ambos viven en un predio prestado, ahí doña Ana Luisa se dedica a vender tierra para macetas, pero a veces pasan semanas sin lograr una sola venta.

Ella no puede tener un empleo formal, porque su hijo requiere cuidado constante. Está en silla de ruedas, y puede quebrarse los huesos si intenta moverse más de lo permitido.

“Ya no se me ha quebrado, gracias a Dios, él no camina, nada más está sentado con la silla de ruedas y yo cuidándolo, porque antes se caía y se quebraba, era una tras otra, una tras otra, gracias a Dios está bien mi hijo ahorita”, refirió.

Se le preguntó a doña Ana Luisa qué tipo de apoyo pediría a la comunidad y a las autoridades, y lo que contestó se resume en una palabra: comida.

“Ahorita mandado, porque está bien difícil desde que me quedé con él (Manuelito) sola. Ahorita está un hijo conmigo aquí, pero él ya está casado, tiene hijos y esposa, y por atender a los niños de él, pues a veces se para la cosa.

“Yo tengo azúcar y presión alta, las medicinas están muy caras, valen 400 pesos. Yo vendo tierra para las matas, pero a veces dura un mes que no vendo nada”, dijo.

Debido a su nivel de escasos recursos económicos, Ana Luisa no tiene teléfono celular ni ninguna forma de comunicación, por lo que los donativos pueden hacerlos llegar a su casa, ubicada en Diagonal Incas 6176 Colonia Alazanas.

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